La situación procesal de la abuela y la madre de la beba que fue encontrada sin vida en el fondo de una vivienda se complicó en las últimas horas. Peritos confirmaron que la niña, que habría sido asesinada, nació horas antes en el domicilio en el que vivían las dos sospechosas, en el barrio Lomas de Tafí.
Ayer al mediodía una vecina llamó a la Policía para informar que en el patio de su casa había aparecido un feto. Personal de criminalística llegó al lugar y comprobó que se trataba de una recién nacida, que podría haber sido asfixiada manualmente y que además presentaría una fractura de cráneo. Según los primeros cálculos, había nacido en la madrugada del sábado.
Personal de la División Homicidios y de la comisaría de Lomas de Tafí, al mando de los comisarios Cristian Peralta y Diego Bernachi, comenzaron a averiguar cómo llegó el cuerpo de la recién nacida hasta ese lugar. Varios testigos confirmaron que en una casa continua vivía una menor que estaba embarazada. Fueron hasta ese domicilio y se encontraron que no había nadie y que estaba cerrada.
Identificaron a la chica y al novio de ella. Al joven, que no vivía allí, lo interrogaron. Él les contó que la menor de 14 años esperaba para esta fecha un hijo de él, pero que no sabía nada de ella porque cortó la relación varios meses atrás. El muchacho, que nunca fue aprehendido por el caso, confirmó que la adolescente en varias oportunidades le expresó su deseo de interrumpir el embarazo, pero no lo hizo por cuestiones económicas.
Los investigadores, después de dejar una consigna en la puerta de la vivienda de las sospechosas, establecieron que la adolescente estaba internada en una clínica de la capital. Llegaron hasta el lugar y la madre de la chica no sólo no supo precisar porqué estaba internada allí, sino que se negó que sea revisada por el médico de la policía para constatar si había dado a luz recientemente.
Anoche, peritos del Ministerio Público Fiscal dirigidos por el investigador Marcelo Sallas, con una orden judicial ingresaron al domicilio y confirmaron que en el baño y en la habitación de la menor había manchas de sangre. También encontraron una trincheta con la que habrían cortado el cordón umbilical.
La fiscala Adriana Giannoni cree que, después de haber nacido la pequeña, la asfixiaron y, para deshacerse del cuerpo, la arrojaron a la casa del vecino por la tapia y por eso el cuerpo de la beba presentaba fractura de cráneo. Los peritos le explicaron que es imposible que la menor haya cometido el crimen sin ayuda. La adolescente vivía con sus padres en la casa, pero el hombre habría estado trabajando cuando se produjo el parto.
Giannoni espera los resultados definitivos de la autopsia para definir los pasos procesales que tomará. La madre de la pequeña, al tener 14 años, es inimputable, por lo que nunca podrá afrontar cargos por este caso. La abuela, sí. En las próximas horas se definirá si serán aprehendidas.